martes, 27 de noviembre de 2012

"El profesor" y la implicación

Hay películas que te remueven por dentro y sin duda la última de Adrien Brody "El profesor" es una de ellas. Te sacude fuerte en muchísimos aspectos porque, a pesar de su título, toca bastantes temas más allá de la enseñanza en sí misma; pero que siguen siendo aplicables a la docencia.

Esta película pone de relieve el tema de la vocación del profesor, cómo en muchas ocasiones no existe... Cierto es que el sistema educativo americano tiene poco que ver con el nuestro, pero hay cosas que van más allá de esas barreras. Ya en los títulos de cabecera nos sorprende con algunas declaraciones de profesores que han llegado a serlo de carambola y este hecho los ha marcado desde entonces. Pero no me voy a quedar aquí para no hacerme pesada, que no es la primera vez que hablo sobre la "no-vocación" de profesores actualmente en activo...

Desde mi punto de vista la película tiene un eje fundamental, mostrar las CONSECUENCIAS de lo que hacemos y, lo que me parece aún más importante, de lo que NO hacemos. Implicarse o no implicarse en la vida de los demás puede tener una influencia enorme, tanto en sus vidas como en la nuestra propia. Y me parece que siendo profesores esto adquiere una mayor dimensión, pues tratamos con adolescentes, personas en momentos claves de sus vidas, que buscan modelos, referentes, pistas, reglas, opciones,... Por supuesto que no creo que los profesores debamos ser "modelos perfectos de conducta", principalmente porque no lo somos. Somos personas reales con nuestras propias vidas, con nuestras luces y sombras. Pero sí podemos ayudarles a que vean las opciones, a que vean lo que hay más allá de lo que conocen o ven diariamente; a plantearles mil posibilidades con las que se pueden encontrar y darles herramientas, capacidades, habilidades para saber enfrentarse a todo esto.

He dejado mil veces claro que no creo en una docencia en la que no te impliques con el grupo que tienes delante, y al ver esta película me siento reafirmada en esta idea. No se trata de ser sus amigos, sino de ser adultos capaces de prestarles atención, de estar ahí para oírlos, para dar alas a ideas, vocaciones y sueños. Y sobre todo, para que no se sientan bichos raros en ese mundo de "personas mayores" al que les llega el momento de pertenecer y muchas veces el "miedo" les hace no madurar y anclarse en eso de los "ninis" que está tan de moda... Por qué avanzar si los adultos no quieren tenerme cerca, oírme o simplemente mirarme como un igual, con capacidad para hacer algo o siquiera para decir algo interesante?!

Concluyendo; no se trata de hacer grandes gestos, de cambiarles la vida, simplemente se trata de tener una actitud abierta, de darles una cultura global en la que aprendan letras, ciencias, habilidades sociales, de comunicación...  y de prestarles la atención que se merecen, no se supone que nos contratan para eso?!!

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